Inteligencia Artificial y medicina: el futuro de la salud

La Inteligencia Artificial (IA) está ganando rápidamente terreno como una tecnología transformadora en el sector de la salud, ofreciendo una amplia gama de aplicaciones que prometen mejorar la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de diversas enfermedades, así como aumentar el bienestar y la calidad de vida de las personas. Sin embargo, aunque esta combinación entre IA y salud tiene un notable potencial, ha encontrado cierta resistencia y desconfianza por parte del personal médico y otros profesionales del sector.


No obstante, los beneficios que la IA puede aportar al sector sanitario son innegables. Un informe conjunto de EIT Health y McKinsey & Company ha explorado cómo la IA puede apoyar la mejora de los resultados de la atención, la experiencia de los pacientes y el acceso a los servicios. 

¿Está el sistema sanitario preparado para cambiar? 

Los desafíos del sistema sanitario hasta 2050  

La atención sanitaria es una de las grandes historias de éxito de nuestros tiempos, pero con el envejecimiento de la población, la constante evolución de las expectativas de los pacientes y el creciente coste de los servicios sanitarios, los médicos se enfrentan a desafíos cada vez más complejos. Se prevé que para 2050, una de cada cuatro personas en Europa y América del Norte tendrá más de 65 años, lo que aumentará la demanda de atención para pacientes con necesidades complejas. Este escenario requiere una transformación de los sistemas de salud: de un enfoque de atención episódica a uno proactivo, basado en la gestión de la atención a largo plazo. 

La situación se complica aún más a causa también de la falta de personal sanitario. Según la Organización Mundial de la Salud, a nivel global hay una escasez de más de 9,9 millones de médicos, enfermeros y matronas. En este contexto, no solo es necesario atraer, formar y retener a más profesionales de la salud, sino también garantizar que su tiempo se utilice de manera óptima para proporcionar atención de valor a los pacientes. 

Todos estos desafíos pueden ser abordados con el apoyo de la Inteligencia Artificial para: 

  • Mejorar el acceso a los servicios de salud 

  • Garantizar una mejor experiencia laboral para los sanitarios 

  • Automatizar tareas repetitivas 

  • Liberar al personal de actividades de bajo valor y concentrarlo en el cuidado directo de los pacientes. 

Como resultado, el uso de tecnologías inteligentes podría reducir significativamente el riesgo de agotamiento profesional (burnout). Pero, en la práctica, ¿cómo se aplica la IA en el campo médico? 

La Inteligencia Artificial para la medicina: cómo aplicarla   

Las aplicaciones de la Inteligencia Artificial en el ámbito médico pueden agruparse en 3 áreas clave: 

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  • Atención al paciente. La integración de la Inteligencia Artificial en el proceso de prestación de cuidados está revolucionando el sector de la salud, permitiendo una mejor atención a los pacientes y una optimización de los recursos. En particular, la IA puede ser utilizada para crear planes de cuidado y terapias personalizadas, apoyar a los profesionales de la salud en las actividades de monitorización remota de pacientes crónicos, simplificar la transición de la atención hospitalaria a la domiciliaria y mejorar la colaboración entre el médico y el paciente a lo largo del proceso de diagnóstico, terapia y cuidado. Un ejemplo específico se observa en el ámbito de las donaciones de sangre. En este caso, la IA puede ayudar a los médicos y profesionales de la salud a prever la demanda de sangre, evaluar la idoneidad de los donantes (basándose en los datos de salud proporcionados por el paciente y su historial médico) o incluso coordinar la logística: desde la selección de los donantes hasta el transporte y la conservación de la sangre recogida. 

  • Soporte de decisiones clínicas. Los sistemas de soporte de decisiones basados en IA están diseñados para ayudar a los médicos a tomar decisiones clínicas, proporcionándoles información relevante y basada en evidencia científica. Estos sistemas analizan, a través de algoritmos complejos, los datos clínicos de los pacientes, las guías médicas y la literatura científica para sugerir opciones terapéuticas apropiadas o dosificaciones farmacológicas. 



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  • Diagnóstico. Gracias a los avances recientes en la tecnología de la IA, se han desarrollado diversas aplicaciones que ayudan a los médicos a formular sus diagnósticos. Los sistemas de Inteligencia Artificial pueden analizar los síntomas del paciente, compararlos con bases de datos de casos similares y proporcionar posibles diagnósticos diferenciales. Además, una de las ventajas de la IA es su capacidad para analizar grandes cantidades de datos provenientes de diversas fuentes, como imágenes, datos de laboratorio, registros de pacientes y estudios clínicos. Los algoritmos de aprendizaje automático pueden identificar patrones y señales ocultas en los datos, que podrían no ser evidentes a simple vista, y detectar indicios valiosos para el diagnóstico. La IA también ha demostrado un gran potencial en la interpretación de imágenes diagnósticas, como radiografías o resonancias magnéticas. En este caso, la IA es capaz de detectar anomalías, lesiones o patrones característicos en las imágenes, ayudando a los médicos a identificar signos tempranos de enfermedades o a señalar áreas sospechosas para realizar pruebas adicionales. 

Cómo fomentar la introducción de la Inteligencia Artificial en el sector sanitario 


Los avances en la aplicación de la inteligencia artificial en el sector sanitario han sido revolucionarios. Sin embargo, la transición hacia un mundo en el que la IA pueda aportar mejoras significativas, consistentes y globales a la atención sanitaria representa un desafío importante. 

Hay dos temas en los que los actores del ecosistema sanitario deberán trabajar en los próximos años: 

  • Mejorar la calidad de los datos, la seguridad y la interoperabilidad de los sistemas. Antes de implementar IA en el sector sanitario, es importante abordar los obstáculos relacionados con el acceso, la calidad y la disponibilidad de los datos, así como contar con políticas de intercambio de datos sólidas y conformes a las normativas europeas. Finalmente, otro desafío es crear una infraestructura de datos interconectada, para que los algoritmos de IA puedan aprovechar una rica base de datos para generar análisis y sugerir acciones. 

  • Ver la IA como una oportunidad. En el contexto de la atención sanitaria, la introducción de la IA requiere un liderazgo clínico fuerte y la capacidad de identificar los casos de uso adecuados, con el fin de apoyar a los profesionales en lugar de reemplazarlos. La prioridad debe darse a las soluciones que reduzcan el tiempo dedicado a actividades administrativas, en lugar de a asistentes virtuales para los pacientes. Aunque este proceso llevará tiempo, representa una fase importante para la adopción efectiva de esta nueva tecnología. 

El principal desafío para la Inteligencia Artificial en el ámbito médico radica, por lo tanto, en la enorme cantidad de datos generados por el ser humano y la posibilidad de utilizar esta información no solo para predicciones epidemiológicas, sino también para apoyar el diagnóstico y el tratamiento de cada paciente individual. Esta innovación está muy cerca de convertirse en una realidad y la comunidad científica, junto con la industria del software, está trabajando intensamente para lograrlo. El futuro no está tan lejos como podría pensarse.