Sistema de control de almacenes: la solución para integrar todas las tecnologías de automatización (presentes y futuras)

Los almacenes automatizados están evolucionando hacia sistemas de almacenamiento cada vez más sofisticados, impulsados por la llegada de la Industria 4.0 y la integración de tecnologías avanzadas. Según una investigación sobre la evolución de la logística llevada a cabo por el Observatorio de Logística Contractual «Gino Marchet» del Politécnico de Milán, el 32 % de las empresas encuestadas identificaron la automatización como una prioridad, lo que pone de relieve la creciente importancia de este tipo de iniciativas en el panorama industrial actual. En este escenario, el Sistema de Control de Almacén (WCS) desempeña un papel crucial, coordinando todos los sistemas automatizados dentro del centro logístico. Cuando se introduce un sistema automatizado en el almacén, el WCS se encarga de la armonización en la planta y, en consecuencia, de lograr el máximo rendimiento. 

El papel central del WCS en la gestión de almacenes 

La evolución hacia la Cadena de Suministro 4.0 aumenta el número de sistemas automatizados en las plantas: según una investigación de Gartner, el 82% de los encuestados cree que el número de solicitudes de productos o servicios generados por dispositivos o sistemas automatizados crecerá en la década 2023-2033. IoT, la Inteligencia Artificial y la digitalización de los flujos harán que los procesos operativos sean cada vez más autónomos. 

En un escenario así, el papel del Sistema de Control de Almacén es central: de su funcionamiento óptimo, es decir, de su capacidad para sincronizar y armonizar el funcionamiento de los sistemas automáticos presentes, dependerá cada vez más la eficiencia de la planta y, por tanto, el rendimiento de la empresa. Para desempeñar esta tarea de plataforma de gobierno de los sistemas, el WCS debe poseer ciertas características fundamentales: 

  • Independencia del hardware. En la mayoría de los casos, el WCS de control lo proporciona el proveedor de hardware, especialmente si los equipos son diversos e interdependientes. Este tipo de WCS proporciona API o métodos similares para la integración con el WMS u otro software de la planta. Sin embargo, es aconsejable que el WCS sea autónomo, ya que es muy probable que los equipos sean de distintos proveedores y, por lo tanto, sea necesario supervisar el funcionamiento global. Si bien esto requiere un esfuerzo para la integración de las máquinas, la gestión centralizada permite armonizar los flujos y coordinar las operaciones de las partes implicadas: se asignan prioridades, se calculan los tiempos de actividad combinados y se eliminan los cuellos de botella. Es esta fluidez operativa la que puede garantizar y mejorar el rendimiento de la planta. 

  • Integración con el WMS y los equipos. El WCS es el nexo de unión entre el WMS, responsable de la interconexión con el ERP de la empresa y la gestión de pedidos, y el PLC (controlador lógico programable) de las máquinas. El WCS planifica, supervisa y controla los flujos de trabajo en tiempo real, lo que implica, entre otras cosas, la asignación de recursos y la optimización de rutas. Como estas actividades están estrechamente vinculadas a operaciones como el cumplimiento de pedidos y la gestión de inventarios, es preferible que el WCS esté integrado con el WMS. 

  • Optimización de algoritmos. El rendimiento del WCS, en términos de coordinación de los sistemas automatizados, depende de la calidad de sus algoritmos. Por tanto, a la hora de elegir un WCS, la empresa debe comprobar en qué medida el WCS realiza sus funciones internas y medir los resultados. Estas funciones pueden ser, por ejemplo: preparación de pedidos (prioridad de los pedidos, rutas óptimas para mover los artículos, capacidad de almacenamiento, etc.); asignación de recursos (equipos adecuados, espacio de almacén, disponibilidad de recursos, etc.); gestión de operaciones (coordinación, sincronización, gestión de las excepciones, etc.). 

  • Facilidad de uso. Especialmente en los almacenes híbridos, donde existe una fuerte integración de actividades manuales y automáticas, los empleados tienen que interactuar con el sistema de control de los equipos. Por lo tanto, es necesario que la interfaz de comunicación garantice una experiencia del usuario adecuada. En el caso de que el WCS esté integrado en el WMS, la interfaz es aún más importante, ya que es la herramienta unificada para controlar todas las operaciones logísticas. En lo que respecta a las funciones específicas del WCS, la interfaz debe diseñarse de forma que garantice la máxima facilidad de uso y control sobre información como, por ejemplo, el estado operativo de los equipos y las posibles excepciones, los pedidos pendientes de cumplimiento, las rutas de manipulación de mercancías, etc. Además, existen funciones de administración del sistema. 

El caso de La Molisana

Optar por un WCS centralizado e independiente permite a las empresas disponer de una única herramienta con la que tener visibilidad de principio a fin sobre todas las operaciones y tecnologías de automatización. Pensemos, por ejemplo, en Centros de Distribución y plantas repartidas por varios polos: el WCS centralizado (e integrado con el WMS) es la solución que permite coordinar eficazmente la logística. 

Este es el caso de la fábrica La Molisana, que ha elegido StockMatic, del Beta 80, como sistema de control de su almacén. Esta decisión responde a una doble necesidad: crear un control unificado de los sistemas automáticos y preparar el entorno para futuros desarrollos. En la planta de La Molisana, StockMatic controla, entre otros, los equipos de transporte, los sistemas AS/RS (transelevadores), los clasificadores y, por último, las máquinas de conducción autónoma. La CE.DI. de la empresa consta de tres centros logísticos, con procesos articulados de entrada, salida y manipulación de mercancías. Se trata de un contexto caracterizado por la constante innovación tecnológica, en el que StockMatic ha sido elegido específicamente para garantizar el control de los sistemas automáticos que se irán introduciendo a medida que se implanten. 

El almacén del futuro se caracterizará sobre todo por la capacidad de integrar sistemas y procesos. Por ello, los WCS como StockMatic desempeñarán un papel cada vez más central: gobernando y coordinando tecnologías; optimizando la interacción entre el hombre y la máquina; integrando plataformas de software dentro y fuera del centro logístico (gestión de pedidos, planificación de la producción, sistemas de seguimiento, plataformas de distintos proveedores, etc.). Se trata de un ecosistema complejo en el que el WCS dejará de ser una simple herramienta de coordinación de operaciones para convertirse en una plataforma de apoyo a la toma de decisiones para el gestor logístico.