La sostenibilidad se ha convertido en una prioridad absoluta y, en el contexto actual, una cadena de suministro sostenible es un imperativo estratégico para las empresas con visión de futuro. Este enfoque no se limita a minimizar los impactos medioambientales negativos, sino que implica la implantación de un sistema integrado que considere cada aspecto de las operaciones empresariales a través de la lente de la responsabilidad medioambiental, social y económica.
El reto consiste en transformar estas ambiciones en acciones concretas, superando obstáculos y logrando ventajas competitivas sostenibles.
La cadena de suministro sostenible implica la integración de prácticas medioambientales, sociales y de gobernanza en todas las fases de la cadena de suministro, desde la producción de materias primas hasta la entrega del producto al cliente final. Los principales objetivos de este modelo son reducir los impactos negativos sobre el medio ambiente, como las emisiones de carbono y el despilfarro de recursos, y promover la equidad social en toda la cadena. Hay tres elementos fundamentales que definen una cadena de suministro sostenible:
Cadena de suministro ecológica: para una gestión respetuosa con el medio ambiente, es crucial implantar tecnologías empresariales que minimicen los residuos y maximicen la eficiencia. Para ello es necesario integrar criterios de sostenibilidad medioambiental en todas las fases de la cadena de suministro.
Cadena de suministro transparente: por transparencia se entiende el compromiso de una empresa de revelar abiertamente todos los detalles relativos al origen de los productos y los métodos adoptados a lo largo de la cadena de suministro.
Cadena de suministro circular: contrariamente al modelo lineal, que a menudo deja residuos y desechos sin utilizar, una cadena de suministro circular pretende limitar los residuos reconvirtiendo las materias primas en un ciclo de producción más ecológico. Italia se posiciona como líder europeo en el avance de la economía circular.
La transición a una cadena de suministro sostenible no sólo pretende minimizar el impacto ambiental, sino que también promueve importantes beneficios económicos y sociales. Veamos en detalle qué beneficios concretos pueden obtener las empresas gracias a una logística orientada a la sostenibilidad.
Reducción de residuos: la logística de almacén sostenible pretende reducir los residuos mediante la reutilización y el reciclaje de materiales. Los palets, contenedores y cajas pueden diseñarse para ser reutilizados varias veces. Esto no sólo disminuye la cantidad de residuos producidos, sino que también reduce los costes asociados a la compra de nuevos materiales de embalaje.
Reducción del impacto en el consumo de energía: la eficiencia en los procesos logísticos, mediante el uso de vehículos eléctricos para la manipulación interna, sistemas de energía solar para la alimentación y software de gestión de almacenes, puede conducir a un importante ahorro de energía.
Conservación de los recursos naturales: el uso eficiente del espacio de almacenamiento reduce la necesidad de construir nuevos almacenes o ampliar los existentes, lo que contribuye a preservar el suelo y los recursos naturales. Además, una mejor organización del espacio y la adopción de tecnologías avanzadas de almacenamiento pueden reducir el impacto ambiental.
Mejora de las condiciones de trabajo: la transparencia en las operaciones de almacén que ofrece el WMS permite supervisar y optimizar las condiciones de trabajo. Los empleados pueden acceder a información precisa sobre turnos, cargas de trabajo y seguridad, lo que reduce el estrés y mejora la satisfacción laboral. Esto contribuye a un entorno de trabajo más sano y seguro.
Soporte a la toma de decisiones: el uso de herramientas de análisis de datos e inteligencia artificial permite supervisar y analizar en tiempo real las operaciones del almacén. Esto permite identificar rápidamente ineficiencias, predecir necesidades futuras y optimizar la planificación de recursos, reduciendo la carga de trabajo de los gestores y mejorando la capacidad de respuesta de todo el sistema logístico.
Reducción de la carga de trabajo: tecnologías como los robots de manipulación de mercancías, los sistemas de clasificación automatizados y las carretillas elevadoras autónomas pueden automatizar tareas repetitivas y físicamente agotadoras. Esto reduce la necesidad de intervención humana en tareas como levantar cargas pesadas, mover palets y gestionar flujos de materiales, aliviando así la carga de trabajo físico de los empleados.
Reducción de costes: un almacén bien organizado puede reducir los costes operativos. Esto incluye minimizar los costes de almacenamiento mediante el uso eficiente del espacio, reducir los gastos operativos mediante procesos optimizados y reducir los costes de transporte mediante una logística inteligente e integrada.
Mejora de la reputación corporativa: la adopción de prácticas sostenibles en el almacén no sólo favorece la eficiencia operativa, sino que también garantiza entregas rápidas y precisas. Esto no sólo aumenta la satisfacción del cliente, sino que también redunda en una mejora de la imagen de la empresa.
Mayor resiliencia: la implantación de prácticas sostenibles ayuda a reforzar la capacidad del almacén para adaptarse rápidamente a los cambios empresariales y a las fluctuaciones del mercado. Un almacén sostenible es capaz de mantener un alto nivel de continuidad empresarial, reduciendo los riesgos de interrupciones imprevistas y garantizando un servicio constante y fiable. Esto se traduce en una mayor estabilidad económica y operativa para la empresa.
Siguiendo los pasos de la Industria 4.0, la Industria 5.0 promueve aún más el apoyo a procesos de almacén más sostenibles. El Plan de Transición 5.0 lanzado oficialmente ofrece a los empresarios italianos una oportunidad concreta para adoptar innovaciones que mejoren la eficiencia energética y la sostenibilidad empresarial.
Este plan apoya a las empresas mediante:
desgravaciones fiscales: crédito fiscal de hasta el 45% para inversiones en bienes de equipo y activos intangibles, en función del ahorro energético y de la magnitud de la inversión;
digitalización: apoyo a la transición digital para mejorar la eficiencia operativa y reducir el impacto ambiental;
eficiencia energética: incentivos para proyectos que reduzcan el consumo de energía, con objetivos mínimos del 3% o el 5%, promoviendo un uso más responsable de la energía;
formación de los empleados: inversiones previstas en formación del personal, crucial para la adopción de nuevas tecnologías y una gestión orientada a la sostenibilidad.
Además de los requisitos de la Industria 4.0, las empresas tendrán que obtener certificaciones preliminares que confirmen la reducción prevista y real del consumo de energía como resultado de las inversiones propuestas. También se requiere una auditoría por parte de un auditor oficial para certificar el gasto real y su correspondencia con la documentación de la empresa.
En este escenario, las herramientas que desempeñan un papel clave son los programas informáticos de gestión. En concreto, el WMS (Warehouse Management System) permite medir el impacto de la logística en la eficiencia sostenible de una empresa y su adopción presenta varias ventajas:
con el uso de algoritmos específicos, puede disminuir el consumo de energía y perfeccionar las rutas de los trabajadores y la maquinaria;
mejora la seguridad laboral, fomenta la formación del personal y garantiza una mayor transparencia informativa;
puede minimizar el despilfarro de tiempo, recursos y materiales, gracias a una cuidadosa planificación en la gestión de las existencias.
Una cadena de suministro sostenible ya no es una opción, sino una necesidad para las empresas que aspiran a crecer, ya que ofrece beneficios medioambientales, sociales y económicos concretos, mejorando la eficiencia operativa y abriendo puertas a nuevos mercados. La llegada de la Industria 5.0 y las iniciativas del Plan de Transición 5.0 son esenciales para guiar a las empresas hacia una transformación sostenible. El WMS se revela como una herramienta clave en este viaje, ayudando a las empresas a mejorar la sostenibilidad de sus operaciones. Adoptar una cadena de suministro sostenible no es solo una elección estratégica, sino también una inversión en el futuro competitivo de uno mismo en el mercado global.